Cuenta la leyenda que San Jorge, cuando no era más que un caballero a lomos de su corcel blanco, liberó a la hija del rey de una muerte segura entre las fauces del dragón. Se enfrentó valientemente a él y lo venció. Le dió muerte clavándole una lanza en el corazón y, al parecer, de la sangre que brotó de su pecho creció un espléndido rosal. El caballero Jorge cortó la más hermosa flor de ese rosal y se la ofreció a la princesa como prueba de amor.
En 1996, la Unesco declaró el 23 de abril, día en que se celebra la festividad de San Jorge, el Día Internacional del Libro, aunque la tradición data de 1930, año en el que se cumplía el tercer centenario de la muerte de don Miguel de Cervantes Saavedra. El 23 de abril resulta ser también la fecha en que fueron enterrados tanto Miguel de Cervantes como William Shakespeare.
Este día es fiesta autonómica en Aragón y en Castilla-León y el día del Libro y la Rosa en Aragón y Cataluña. Sólo me queda añadir que muchos consideran este día, y así lo celebran, como el día de los enamorados.